quarta-feira, 25 de julho de 2012

Cataluña, al concierto rogando, con la deuda dando

Cataluña acaba de decidir acogerse también, después de que lo hayan hecho la Comunidad Valenciana y Murcia, al Fondo de Liquidez Autonómico -mecanismo de rescate estatal-, ante la imposibilidad de hacer frente al vencimiento de 5.755 millones de euros en el segundo semestre de 2012.

La Generalitat cerró 2011 con un déficit público equivalente al -3,72% del PIB. Asombra comprobar la incapacidad de los gobernantes para relacionar déficit y deuda. Una economía, sea familiar, empresarial o pública, puede asumir un determinado nivel de déficit en uno o varios ejercicios, en función de cuál sea el volumen de deuda en el que ya se haya comprometido y su capacidad para devolverla. 

 
Gráfico 1. Evolución de la deuda pública de Cataluña 1995-2012, en millones de euros y en % de PIB.
 
El gráfico 1, recoge la evolución de la deuda pública catalana desde 1995 hasta ahora mismo, medida tanto en millones de euros como en porcentaje del PIB. En los ocho años de gobierno de Jordi Pujol (1995-2003), 1995 es el dato más antiguo que hemos podido obtener, la deuda se incrementó 3.926 millones de euros. Un crecimiento medio anual del 7% y equivalía al 7,5% del PIB. Con los gobiernos tripartitos de Maragall y Mantilla el crecimiento medio anual fue del 30,5%, alcanzando al final de este periodo el 17,3% del PIB. En el año y medio de gobierno de Artur Mas el crecimiento anual fue del 22,70%, representando ya el 21% del PIB. La comunidad autónoma más endeudada de España.

El Fondo de Liquidez Autonómico, dotado inicialmente con 18.000 millones de euros, es un fondo de solidaridad interregional a través del cual se mancomuna el pago de las deudas a las que no pueden hacer frente aquellas comunidades que las han generado. De este modo, podrán devolver esas deudas sin necesidad de recurrir a la emisión de nueva deuda en mercados claramente hostiles, sobre todo cuando sus títulos de deuda tienen la calificación de bono basura. Exactamente el modelo que viene reclamando España a la Unión Europea y que, de momento, no consigue.

Desde hace años, Cataluña puso en el centro de la agenda política la reforma del modelo de financiación autonómico para salirse del régimen común en el que están todas las comunidades autónomas excepto Navarra y el País Vasco que tienen régimen foral. Efectivamente, el modo en que se viene aplicando el régimen foral es muy beneficioso para esas comunidades: el País Vasco, con un PIB per cápita en 2011 de 134,5 puntos (España = 100) tenía en 2007 una balanza fiscal negativa en solo -1,35%. Cataluña con un PIB de 117,9 tenía un saldo negativo de -8,70% del PIB.

Detrás de esa pretensión catalana de salirse del régimen común está un planteamiento profundamente insolidario y que pretende acabar con cualquier sistema de compensación interterritorial dentro del Estado. Es este un asunto sobre el que hemos escrito reiteradamente aquí, por lo que para no repetirnos, remitimos al lector a algunos artículos anteriores: o ovo ou o foro; novo modelo de financiamento autonómico; máis insolidariedade; nacionalismo orientado, nacionalismo desorientado; reférendums, independencia e PIB; nacionalismos: dogmatismos, utopías, realidades.
 
Aún sin haber logrado, de momento, el régimen de concierto al que aspiraba, sí consiguió en 2009 la reforma del sistema que favorece claramente a las comunidades ricas y perjudica a las comunidades pobres. Con esta reforma, Cataluña logró situarse por primera vez por encima de la media de las comunidades autónomas en recursos tributarios por habitante una vez descontadas sus aportaciones a las solidaridad interregional. Tomando un índice 100, que representa la media de las autonomías, la Generalitat recaudó 120,7 y obtiene un 103,6 de financiación. En el modelo anterior, recaudando 119, obtenía 96.

Sería fácil entender la radical oposición a la creación de este nuevo Fondo de Liquidez Autonómico por parte de aquellas comunidades que en estos años han sido capaces de contener su nivel de endeudamiento. Utilizando, por supuesto, los mismos argumentos insolidarios de aquellos que durante tantos años han venido poniendo en cuestión el régimen general de financiamiento autonómico.

Expectantes estamos ante la inevitable explicación política, de los gobernantes catalanes, que conjugue tan fácil recurso a la solidaridad interterritorial como es el Fondo de Liquidez Autonómico, con su histórica y firme reivindicación del insolidario modelo de concierto para la financiación autonómica.

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