sábado, 22 de setembro de 2012

Si Cataluña fuese el 28 estado de la UE

Desde el fin del colonialismo y en ausencia de conquistas militares, cualquier estructura política y/o económica supranacional, llámese España, Unión Europea, Nafta o Mercosur, tiene que estar basada en criterios más o menos redistributivos, reequilibradores y solidarios. De no ser así, los países más pobres no tendrían ningún incentivo para asociarse. A los países ricos, por el contrario, sí les interesa contribuir más, porque su desarrollo tecnológico, su capacidad productiva -industrial y de servicios- y su competitividad, les permitirán beneficiarse en mucha mayor medida del mercado único.
 
Esta lógica aplastante es la que ahora cuestiona Cataluña en lo que respecta a su integración en ese club de países y regiones llamado España.
 
Dejando al margen los aspectos legales y procedimentales con los que desde Madrid, sin duda, se dificultará o impedirá una eventual independencia de España, porque son asuntos de escaso interés para nosotros que acreditamos en que cualquier país, y por supuesto Cataluña, debería poder decidir libre y democráticamente en qué clubs quiere estar y en cuáles no, nos interesa centrarnos en un elemental análisis de cuál sería la relación económica de una Cataluña independiente en el marco de la Unión Europea.
 
Porque todos los que promueven su independencia de España defienden con la misma vehemencia su derecho y su interés en permanecer en la Unión Europea.
 
Si Cataluña fuese hoy el 28 estado de la Unión Europea sería con datos de 2010, como se muestra en el gráfico 1, el noveno país más rico. Su PIB per cápita estaría en 117,2 siendo la media de la UE-27 igual a 100. Sólo estaría por detrás de Luxemburgo, Holanda, Dinamarca, Irlanda, Austria y Suecia, y prácticamente al mismo nivel de Bélgica y Alemania.


Gráfico 1. PIB per cápita en 2010 de los países de la Unión Europea, incluyendo Cataluña (UE-27=100)

España, con Cataluña incluida, está en la posición décimo cuarta, con un PIB per cápita igual 100, exactamente en la media de la UE-27. Si hiciésemos el cálculo excluyendo lo que aporta Cataluña, descendería bastantes posiciones.
 
Si ahora analizamos, en el gráfico 2, cuál es la contribución neta de cada país a los presupuestos de la Unión Europea, puede verse que, en general, los países más ricos son los que más aportan y los más pobres son los que más reciben. Sólo hay dos excepciones notables.
 
Irlanda que siendo el cuarto país más rico de la unión, en PIB per cápita, tiene en 2010 un saldo neto positivo -beneficiario neto- equivalente al 0,52% de su PIB nominal. Hay que aclarar, sin embargo, que en 2009 Irlanda era contribuyente neto -saldo negativo- y sin duda los datos de 2010 reflejan los efectos del primer rescate.
 
La segunda excepción destacable es Italia. Con un PIB per cápita idéntico al español Italia es, desde siempre, un importante contribuyente neto de la Unión Europea. En 2010, su saldo negativo equivale al -0,29% de su PIB nominal. España, sin embargo, todavía en 2010 es beneficiario neto con un saldo positivo equivalente al 0,39% de su PIB nominal.

Gráfico 2. Saldo neto, medido en porcentaje de PIB nominal, de los diferentes países miembros UE-27 (año 2010)

No cabe duda, entonces, que una hipotética Cataluña independiente integrada en la Unión Europea, se situaría en el lado rojo del gráfico 2, al mismo nivel que Alemania, Suecia o Bélgica.
 
Es evidente que, a pesar de su notable importancia, a día de hoy los presupuestos de la Unión Europea tienen un impacto muy limitado en las arcas de los países miembros. Para que podamos hacernos idea de cuál es su verdadera magnitud, la UE-27, con 501 millones de habitantes, tiene un presupuesto para 2012 de147.200 millones de euros (294 euros por habitante). España, con 46,9 millones de habitantes, tiene un presupuesto en 2012 de 122.083 millones de euros (2.603 euros por habitante).
 
Si finalmente la Unión Europea sobrevive y avanza hacia una verdadera unión económica y fiscal, ¿estarán dispuestos los adalides de la independencia catalana a contribuir en la parte que les toque?. O por el contrario, ¿exigirán un nuevo concierto fiscal a las autoridades europeas, para, ante la más que segura negativa, acabar optando de nuevo por la independencia?. ¿Tomarán entonces como modelo de referencia a un país tan próspero como Suiza?
 
Qui lo sá...

5 comentários:

  1. No te quepa la menor duda de que la mayoría de catalanes independentistas estarían (estaríamos) más que de acuerdo con pagar religiosamente esa cuota de "solidaridad" europea si ese es el precio a pagar en tal de ser un Estado soberano dentro de la UE. Más que nada porqué las reglas de la redistribución de rentas fiscales dejarían de estar sujetas a la actual discrecionalidad por parte del escalón administrativo superior de la actual Cataluña Autonómica, que es el Estado español, pasando a estar sujetas a unas reglas claras y aparentemente consensuadas entre las partes. De todos modos hay que ponderar debidamente el factor económico como acicate independentista, dado que el factor nacional/identitario juega un papel estimulante algo mayor al mero económico, que no deja de ser complementario al otro. Sí, a los catalanes nos gusta comerciar y hacer dinero (no creo que mucho más que el resto de españoles, europeos, etc.), pero al igual que aquellos otros también somos celosos por nuestro acervo cultural, lingüístico, jurídico e institucional, y si vemos que el contexto español lejos de ser propicio, es directamente hostil para con la conservación y desarrollo de dicho acervo, pues es normal que optemos por buscar un marco político-jurídico aparte. Vamos, que los mismos motivos que durante los últimos 7000 años han propiciado el surgimiento, desmembramiento y desaparición de esas instituciones que llamamos Estados. Con la diferencia cualitativa que, llegados a este estadio de la Historia las cosas las preferimos hacer de modo pacífico y democrático.

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    1. Gracias por tu comentario Enric. Respeto al máximo el factor nacionalista/identitario. En el artículo decía que creo firmemente en la libertad de un país para decidir libre y democráticamente en qué clubs quiere estar y en cuáles no. Tanto en esta entrada como en la siguiente, me limito, simplemente, a analizar los datos.Porque me temo que en la radicalización de posiciones de los gobernantes catales hay un intento de utilizar demagógicamente los números.
      Salud,

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    2. ¿Una fiscalidad consensuada entre todas las partes os gustaría más que el regímen actual, que se ha diseñado ad hoc para beneficiar a Cataluña?
      AAAAAAAAAAAAAAAAnda vete por "ay" (ahí), no te lo crees ni tu.
      Dejad de llorar ya como unos malditos egoistas, que cuando recibisteis, por poner un ejemplo, los injustamente diseñados polos de desarrollo de Franco, no se oyó ningún "no volem diners de feixistes".

      Que se os está acabando la ficha del victimismo!!

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  2. Enric, por descontado que respeto las opiniones de cada cual, pero me gustaría hacer una pequeña consideración que parece no tener vd. en cuenta.

    En el año 2000, gobernando José María Aznar en España, se estableció un pacto de financiación de las comunidades autónomas que se aprobó por UNANIMIDAD de las 17 CC.AA.
    Posteriormente, gobernando José Luis Rodríguez Zapatero, a petición-chantaje de la comunidad de Cataluña se modificó ese pacto y se estableció el actual con el que estaban de acuerdo, porque se beneficiaban, Cataluña y Andalucía.
    ¿Porqué ahora dicen que se les roba, si el criterio de financiación es el que Cataluña quería? ¿Porqué dice vd. que así se eliminaría la discrecionalidad de financiación por parte del estado español?

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  3. El comentario anterior ha sido realizado por HORACIO TEPERACIO. Saludos.

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