Comentábamos en un post anterior -Algunhas ideas para un modelo económico na Galicia do século XXI- la importancia de la IED y su impacto en el incremento de la productividad, sus efectos positivos sobre la difusión tecnológica y, en consecuencia, su contribución a la mejora de la competitividad país.
Presentamos hoy algunos datos relativos a la evolución de este parámetro en los últimos años. El Gráfico 1 recoge, en porcentajes, la participación de Galicia, tanto en el PIB español como en el total de IED en España, desde el año 2000 hasta el año 2008. Se observa como en lo que se refiere al PIB, la economía gallega va perdiendo peso paulatinamente en el conjunto del estado, aunque con una ligerísima recuperación en los tres últimos años. Nuestras cifras de captación de IED son paupérrimas en esta serie de nueve años. Si exceptuamos los años 2002 y sobre todo el 2004, en los que, con todo, la participación de Galicia en captación de IED está muy por debajo de la que le correspondería por su peso en la economía española, en los restantes años el flujo de inversiones extranjeras que acaban localizándose en Galicia es prácticamente testimonial.
Gráfico 1. Evolución de la participación de Galicia en el conjunto de España en PIB y IED
El Gráfico 2, muestra la relación entre IED y PIB para el conjunto de España, para Cataluña, País Vasco y Galicia. En ninguno de los nueve años de la serie, la IED medida en relación al PIB alcanza en Galicia los niveles medios españoles. Lo mismo ocurre en relación a Cataluña, siempre con mayores porcentajes que Galicia. Incluso el País Vasco, en donde la captación de inversiones extranjeras ha estado lastrada históricamente por problemas extraeconómicos, se observa una fuerte recuperación en los últimos años, que le sitúan claramente por encima de Galicia.
Gráfico 2. IED y PIB
Estos datos ponen de manifiesto la escasa preocupación o la nula eficacia de los sucesivos gobiernos gallegos en este asunto. Galicia, lo hemos comentado en algunos post anteriores, tiene elementos positivos que poner en valor para competir con éxito en la captación de inversiones foráneas.
Es el momento de que la todavía invisible Consellería de Economía e Industria y, en particular, el IGAPE (Instituto Galego de Promoción Económica) que se autodefine como Agencia de Desarrollo Económico, abandonen la política electoralista de lluvia fina que vienen aplicando y comiencen a trabajar en serio en esta dirección. Están en juego, en gran medida, nuestras posibilidades de desarrollo futuro.
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