La prueba de que cambiar de modelo productivo por decreto no es tan fácil es que la ley, después de anunciarse en diciembre pasado a bombo y platillo, sigue todavía en fase de borrador.
Una vez que parecía finiquitado nuestro anterior modelo productivo para dar el salto a una economía verdaderamente moderna y competitiva, nos sorprenden ahora en estas negociaciones con las otras fuerzas políticas en pos de ese remedo de pacto de estado, con una propuesta para revitalizar el sector de la construcción por la vía de las rehabilitaciones de viviendas. Estiman que se podrán crear de este modo 300.000 puestos de trabajo en el sector. Se trataría, entonces de revitalizar uno de los puntales de nuestro anterior modelo.
Gráfico 1. Volumen de negocio del sector de la construcción
La verdadera dimensión que había alcanzado la construcción en España puede verse en los gráficos 1 y 2. Casi el 11% del PIB, más de 300.000 millones de eurosde volumen de negocio y cerca de 3 millones de trabajadores. Ningún país europeo se acercaba, ni de lejos, a estas cifras.
Gráfico 2. Personas ocupadas en el sector de la construcción
El cataclismo que ha tenido lugar en los dos últimos años puede verse en el gráfico 3.
Gráfico 3. Evolución del número de viviendas terminadas y del número de visados para construir
Sorprende, sin embargo que, como muestra el gráfico 4, esa hecatombe haya tenido, de momento, un impacto prácticamente nulo en los precios.
Gráfico 4. Precio vivienda nueva
Mejor haría el gobierno en tratar de actuar sobre el mercado, logrando que funcione el sistema financiero y forzando la reducción de precios, condicionando, por ejemplo, las futuras ayudas FROB a bancos y cajas a que previamente den salida a su actual stock.
Es la única vía para conseguir una lenta, pero sostenible recuperación de la construcción, con efectos mucho más sólidos y duraderos. Incentivar la rehabilitación está bien, pero desde el punto de vista de su impacto económico no es la solución de nada.
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